22 de octubre de 2012

JORGE CAO


El rito eterno de actuar

Su real pasión habita en la búsqueda del conocimiento de todos los matices y sutilezas de los secretos de la creación. Jorge Cao, ama el teatro en sí mismo. Escribió en su sitio web: <<Yo no sé si fui al teatro o el teatro vino a mí, o si yo era teatro sin saberlo; sólo sé que se transformó algo en mi ser y se convirtió en la razón de mi vida>>. Y desde aquel 21 de octubre de 1964, ha sido así: La razón de su vida. Ayer cumplió 48 años de quehacer profesional.

Jorge Cao: 48 años
de vida artística
<<Era sábado 21 de octubre de 1964 a las 8:58 de la noche, en la esquina de Consulado y Virtudes -Recuerda Jorge-. Mire por la rendija del telón de boca hacia la platea, por primera y última vez en mi vida. Estaba abarrotado el Teatro Musical de La Habana, y yo estaba allí detrás del telón. De la sala venia un cálido murmullo, el de la presencia,  el ajetreo, propiedad que invadió mi cuerpo y mi corazón amenazó con salirse del pecho. Una sensación de soledad y abandono me cubrió por un instante, mire hacia la escena y allí estaban todos los rostros que no he podido olvidar ni por la distancia ni por el tiempo. La orquesta afinaba sus instrumentos, los bailarines calentaban…, de pronto tres campanazos espaciosos y cortantes seguidos de un gran silencio. Olvide respirar, me ahogaba. Arrancó la orquesta, se abrió el telón, todo se cubrió de luces de colores y rompió el aplauso inicial. Me mire para ver si lo tenía todo: mi carretilla cargada de frutas con estampas de la Caridad del Cobre, San Lázaro y Santa Bárbara, mi guayabera a rayas de colores y mis zapatos de dos tonos. Empuje la carretilla hacia escena mientras entonaba el pregón: "Ha llegado galleticas, ha llegado el Vendedor, galleticas de Matanzas, tostaditas la mejor”. En ese segundo, en ese instante, se instaló en todo mi ser esa sensación que me ha inducido a transitar por estos 48 años de girones de mi vida, que he llamado a mi profesión, la más hermosa de este planeta:  La entrega incondicional al rito eterno de actuar. Trasmitiendo ideas, sensaciones, opiniones, emociones, dolores, alegrías, esperanzas,  anhelos y tantas cosas que se me hacen imposibles definir; pero que siguen aquí en el centro del pecho como el primer día, amenazando rompérmelo en pedazos>>.

Jorge Cao
21 /Octubre/2012

Es de esos actores que son magníficos para activar la imaginación del espectador; porque él convierte textos en bellas imágenes. He tenido la complacencia de verlo desde una luneta como público, interpretando magistralmente sus personajes o disfrutando una de sus creaciones como director. Pero por si eso fuera poco, he tenido el goce de actuar a su lado. ¡Un privilegio! Su sensibilidad y su capacidad de estremecer, las trasmite tanto a través de sus personajes como en la vida misma. Quien ha tenido el gusto de conversar con Cao, se podrá dar cuenta de su autenticidad. Quien ha tenido el gusto de actuar a su lado, se podrá dar cuenta de su entrega, su sencillez, su disciplina y respeto ante lo que hace y hacia sus compañeros. Un conocedor. Más que eso: un maestro… ¡Un creador en potencia! Un actor todavía en proceso; porque él no se cansa, ni se cansará nunca en su búsqueda para alcanzar su más noble tarea: La poesía.  

Jorge Cao: El rito eterno de actuar

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