El humor cubano 2: Álvarez Guedes

AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO

Vivir del cuento

(Este artículo contiene audio)

Cuba ha parido muchos humoristas. Uno de ellos, quizá el más grande cuentista cubano de todos los tiempos, fue Guillermo Álvarez Guedes, originario de Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas, Cuba. Guedes contaba el chiste tal cual, sin medias tintas: Al pan, pan y al vino, vino; y eso fue, tal vez, lo que le dio un rotundo éxito; por su manera de soltar la mala palabra con gracia. Él no necesitaba más que una luz cenital o un reflector y un micrófono para llenar un teatro; ni bailarinas, ni cambios de luces, ni orquesta, ni nada que se le pareciera. Álvarez Guedes -como le conocían- era él a cuento limpio.

A sus cinco años ya actuaba en el teatro de su pueblo natal y de adolescente, se ganaba la vida en los circos ambulantes e incluso hasta dramatizó por radio, noticias de crímenes callejeros después. Fue el famoso productor Gaspar Pumarejo quien lo llevó a la televisión; hasta que, más tarde, se convirtió en un ícono del pueblo cubano con su personaje de “El borracho” en el estelar de la CMQ: Casino de la Alegría.

 El cañonazo de las nueve

Era curioso, hablador y sociable -como buen Géminis-; con fama de cómico en su vida artística; pero de gente seria en su vida personal privada. Fue quien popularizó el “¡Ñó!”* y quien, junto a su hermano, creó en 1963 El Gran Combo, de Puerto Rico. Con GEMA RECORDS, su disquera, también grabó por primera vez a: Rolando Laserie, Celeste Mendoza, Fernando Álvarez, Luisa María Güell, entre otros grandes de la música. Salió de Cuba en 1960, al filo de una revolución -como tantos otros- y tomó rumbo a Nueva York. Nunca más regresó a su isla grande.

Lo suyo era hacer reír a la gente: “Fue en Madrid, en una gala junto a Pastora Imperio, que dije por primera vez malas palabras en mis presentaciones. El aplauso fue rotundo. Ahí me decidí a grabar un disco de chistes con la misma tónica. Y la gente corrió a comprarlo” -dijo Guedes en una entrevista-. Y a partir de entonces comenzó a grabar discos de cuentos humorísticos. Uno por año; todos superventas que aún causan el gozo del exilio cubano, del público hispano en general, y hasta del alto mando de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior cubano, donde también se escuchan sus cuentos con morboso placer; pero a puertas cerradas. Aunque está prohibida su difusión en los medios de comunicación de la isla, sus grabaciones siguen aumentando considerablemente en la población común de la mayor de las Antillas. Recuerdo escucharlo por primera vez, todavía cuando era un niño, de un LP que le regalaron a mi padre, que por cierto le encantaba.

 Apúntalo

El polifacético Álvarez Guedes, además de sus treinta y tantos discos de chistes grabados desde aquel primer LP, también escribió varios libros (“De la vida, de la muerte… Y otras mierdas más”, por citar uno de ellos); actuó en más de una docena de películas y hasta grabó varios disco musicales. Un ejemplo de ello es este bolero que dejo a su consideración. Por supuesto, como en su vida artística era un cómico empedernido, este tema musical no será la excepción y es posible que algunos pocos, como yo, desconocieran esta faceta del artista: el canto.

 Cuando pienso en ti

Álvarez Guedes tuvo un premio que casi nadie ha podido exhibir: La lealtad de la gente que hoy lamenta profundamente su partida. Ha muerto el rey del cuento y la cubanidad; el hombre que logró conciliar a los cubanos de todos los confines a través de su lenguaje universal: LA RISA. Con su muerte desaparece un aire de época, un aliento de cubanía que traspasó fronteras y que hizo parte de la idiosincrasia y la cultura como reflejo de la singularidad de sus compatriotas. 

Quizá nadie como él logró calar tan hondamente e interpretar tan bien la naturaleza, el carácter o el genio nacional, lo mismo en la isla, como en el exilio. Su legado cruzará generaciones; se escuchará de fiesta en fiesta y de pueblo en pueblo; porque por supuesto que seguiremos riendo contigo y para siempre: Álvarez guedes. Es más, no dudaría ni por un momento, escucharte hacer chistes en tu velorio. Gracias... ¡DESCANSA EN PAZ!   

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Glosario:
Ño: Diminutivo de la palabra popular "¡Coño!". Expresión que indica sorpresa, admiración o disgusto; en general añade intensidad a lo que se dice y es muy utilizado en la isla de Cuba, pero también en otras regiones de la costa caribeña y España.