15 de julio de 2013

DOS LEYENDAS MUSICALES

Hace diez años se apagaron dos grandes voces de la música cubana: Compay Segundo, El Patriarca del son; y Celia Cruz, La Guarachera de Cuba.


Máximo Francisco Repilado Muñoz, más conocido como Compay Segundo, nació el 18 de noviembre de 1907 en Siboney, Santiago de Cuba. Fue músico, compositor y cantante. Comenzó a componer sus primeras canciones a muy temprana edad y después de formar parte de varias agrupaciones importantes, entre ellas: Conjunto Matamoros, Los Compadres y La orquesta de Benny Moré, permaneció relegado hasta que en 1989 renació su carrera musical por una invitación a un Festival en Washington.

Sin embargo su salto definitivo a la fama internacional le llegó en 1997 - con más de 80 años - con el álbum: Buena Vista Social Club, inspirado por el guitarrista estadounidense Ry Cooder, que logró reunir a leyendas olvidadas de la música tradicional cubana. A partir de entonces, Compay Segundo - con su sombrero y su tabaco característicos - paseó su simpatía, carisma y elegancia a través de todo el mundo; desde el Carnegie Hall de New York, hasta la Sala Nervi del Vaticano donde llevó la peculiar sonoridad de su Chan Chan.

Chan chan

Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso, mejor conocida como Celia Cruz, nació en el barrio habanero de Santos Suárez el 21 de octubre de 1925 (año sin confirmar) Es el mayor icono de la música cubana. Su voz inconfundible, su alegría y carisma al grito irrepetible de <<¡Azúcar!>>, le abrieron un lugar en las leyendas de la música latina. Interpretó géneros como: bolero, salsa, guaracha, son y hasta en sus últimos años experimentó con el Hip Hop y el Rock.

Su llegada a la Sonora Matancera en 1950 - la orquesta tropical cubana más famosa de todos los tiempos -, marcó su inicio como guarachera. Recorrió el mundo durante muchos años y grabó una decena de éxitos con la agrupación. En 1960, en plena revolución cubana, la banda consiguió un permiso para presentarse en México, y una vez allí, decidió no regresar a Cuba. Estableció residencia en Nueva York hasta su muerte. Grabó álbumes con orquestas de legendarios como Johnny Pacheco, Tito Puente, Larry Harlow, Willie Colón, Ray Barretto y la puertorriqueña Sonora Ponceña. Canciones como: La vida es un carnaval y La negra tiene tumbao, llegaron a los primeros lugares de éxitos.


La negra tiene tumbao 

Dos leyendas musicales con trayectorias e ideologías diferentes; pero cubanos y embajadores de nuestra cultura, al fin y al cabo; ella con su salsa, él con el son. En este mes se cumplen diez años de sus desapariciones físicas; aunque sus legados siguen vigentes. En definitiva, dos glorias cubanas insustituibles.


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